lunes, 18 de julio de 2011

ENERGÍA SOLAR TÉRMICA




La condición básica de contorno de la que todos deberíamos partir en estos momentos es la reducción de emisiones de CO2 y gases de efecto invernadero en general, como vía única para mantener con garantía mínima el calentamiento global bajo unos valores que no nos conduzcan a sobrepasar impactos no tolerables.

Basándonos en estimaciones de algunos modelos, estaríamos obligados a limitar las concentraciones atmosféricas entre 350  y 450 ppm. Si, además, partimos de los niveles de concentración y ritmos de crecimiento actuales, estos modelos nos conducirían a escenarios donde, además de tener que dejar de emitir, lo tendríamos que hacer a un ritmo extremadamente rápido.

Para estabilizar las concentraciones atmosféricas en 350 ppm teniendo en cuenta las informaciones anteriores, tendríamos que haber dejado completamente de emitir CO2 antes del año 2050. Esto, desde luego, supone el cambio tecnológico más grande al que se ha enfrentado la humanidad. Ésta es la condición fija de partida sobre la que la energía solar en general, y en particular la energía solar térmica, tiene mucho que decir.

La energía solar térmica, a pesar de su gran potencial y de sus enormes perspectivas, acaba siempre en un saco distinto al resto de energías renovables. Con la energía solar térmica reducimos las emisiones de CO2 produciendo un ahorro energético considerable.

Entre los principales sistemas de aprovechamiento de la energía solar se encuentra el agua caliente sanitaria (ACS) y la climatización de piscinas.

El funcionamiento de un sistema solar es sencillo. El correcto funcionamiento de este sistema no solo depende del sol sino también de su nivel y de la posición relativa del sol con respecto al colector. Otro factor muy importante en el buen funcionamiento del sistema solar es la tecnología del captador solar. 

Enn estos momentos, los principales esfuerzos que se están realizando en I+D en estos sistemas solares se dirigen por un lado al captador y por otro, a obtener mayores rendimientos y eficiencias en el conjunto de la instalación, menos problemas de operación y un aumento de su vida útil. En este sentido OTECLIMA cuenta con un equipo de ingenieros especializados en el campo de la energía solar térmica, optimizándo al máximo las instalaciones empleando los mejores diseños, materiales y por supuesto conducción de la instalación para la obtención de esa ansiada reducción de emisiones de CO2 en las instalaciones de agua caliente sanitaria.

El funcionamiento de un sistema solar para la producción de ACS es muy sencillo. Se dispone de un generador de calor que al recibir la radiación solar se calienta. Un sensor, cuya función es la de medir la temperatura del generador y compararla con el elemento a calentar, es otro de los elementos imprescindibles de la instalación. Si la temperatura del generador solar formado por el campo de colectores solares es mayor que la temperatura del acumulador o elemento a calentar, la bomba del circuito entra en funcionamiento y transmite la energía del generador al acumulador. 

A pesar de la sencillez del sistema solar, siempre existen elementos que son necesarios optimizar, entre ellos la acumulación. La acumulación es necesaria en el momento en el que existe un desfase entre la producción de energía y la demanda. Por ejemplo, la mayor producción se produce al medio día, cuando el sol se encuentra en su cenit y, sin embargo, la mayoría de nosotros nos duchamos por las mañanas o por las noches. Por lo tanto, la energía se debe de transmitir desde el momento en el que está disponible hasta el momento que se consume. Para ello se emplean los acumuladores.

Otros componentes importantes de un sistema solar son los elementos de regulación y seguridad, así como el acoplamiento con los sistemas convencionales.

El dimensionado de un sistema solar depende de la zona geográfica en la que nos encontremos. No es igual una instalación solar situada en Berlín que en Madrid.

Con estas notas tratamos, desde OTECLIMA, transmitir la importancia de instalar un sistema solar como apoyo en la producción del ACS ya que con ello contribuimos a reducir la emisiones de CO2 y además ahorramos energía.




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